Cuento:
Un cuento de hadas
Había una
vez en un pequeño pueblo, donde habitaban cinco jovencitas, las cuales era muy
amigas, todas las tardes después del colegio y hacer todos sus labores en casa
se reunían para ir al bosque, donde platicaban de lo mucho que deseaban ser
princesas, usar vestidos largos y encontrarse a sus príncipes, así platicaban
toda la tarde, hasta que oscurecía regresaban a casa.
Pero
una tarde normal como todas, las cinco jovencitas caminaban por el bosque,
riendo y brincando, cuando de repente, cayeron en un pozo.
-¡auxilio,
auxilio! -Gritaban desesperadas mientras caían.
Al
caer las chicas se levantaron, adoloridas y asustadas, una de ellas voltio a
ver su alrededor y asustada pregunto:
-¿Dónde
estamos? Este lugar es como un cuento de hadas.
Todas
sacudiéndose la ropa, observaban con encanto todo lo que había a sus alrededor.
Frente
a ellas, una cascada con el agua cristalina, en el lago los peces decolores
nadando, pajaritos cantando, conejitos y venados saltando, el pasto y los
arboles verdes, el cielo azul y los rayos del sol iluminaban aquel paisaje. Una
de las jovencitas suspirando dijo:
-Qué
lugar tan hermoso, ¡vamos a explorar! –Todas con una sonrisa en los labios
acertaron con la cabeza.
Caminaron
y caminaron mientras contemplaban lo bello del lugar, disfrutando del viento y
las cosas que maravillosas que se encontraban en su andar, de repente frente a
ellas, vieron un castillo. Entusiasmadas y contentas todas gritaron:
-¡Entremos!
Tal vez encontremos a nuestros príncipes y bailemos toda la noche vestidas con un
hermoso vestido largo. – Todas brincaron de felicidad y corrieron hacia el
castillo.
Cuando
corrían se encontraron a un dragón que dormía bajo un puente colgante, asustadas,
se quedaron congeladas y calladas:
-¡sh!
¡sh! Guarden silencio no queremos despertar al dragón, tenemos que cruzar el
puente de puntitas y calladas.
Todas
temblando de miedo, formaron una fila y empezaron a cruzar el puente despacio y
en silencio. Al llegar al final del puente felices se abrazaron y dijeron.
-Lo
logramos no despertamos al dragón.
Entraron
al castillo, donde vieron un salón grande con colores pasteles, las cortinas de
seda, los muebles color blanco y el piso brillando, ellas suspirando y felices,
decían:
-Que
maravilloso castillo, es como un sueño. –mientras observaban lo hermoso y los
detalles del castillo, se escuchó una voz entusiasmada: -ya están aquí las
princesas, llegaron a tiempo para el baile. ¡Vamos! ¡Vamos! A sus habitaciones
a vestirse que el gran baile inicia en una horas.
Voltearon
a ver de quien era esa voz, y qué fue lo que se encontraron, un mayor domo
vestido con un traje y un moño negro en cuello. Ellas felices siguieron al
hombre que las llevaba a su habitación.
En sus
habitaciones encontraron unos vestidos hermosos, prontos las cinco se empezaron
a vestir y arregla, cuando estaban listas se miraron al espejo y se admiraron
de lo hermosas que se veían y una de ellas suspirando dijo:
-Parecemos
princesas, estamos en un cuento de hadas.
Mientras
admiraban su belleza, tocaron a la puerta, y con voz fuerte:
-Princesas
es hora del baile, sus príncipes las esperan.
Ellas
gritando de emoción y felices bajaron al salón donde había una multitud de
gente bailando y al pie de las escaleras se encontraban sus príncipes cinco
jovencitos muy agraciados.
Ellas bailaron
y bailaron con sus príncipes, hasta que se dio la media noche, todos los
invitados empezaron a retirarse despidiéndose de las princesas y
agradeciéndoles por la invitación al baile.
Enamoradas,
contentas y cansadas, subieron a las habitaciones a dormir.
Pero,
cuando despertaron…
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